Hay muchas personas que te conocen. Muchas que se ríen contigo y otras tantas a las que les encantaría pasar una noche contigo. Quizás ya no tantas que realmente aprecian cómo eres.
Muy pocas personas estarían contigo en un momento así, realmente difícil, y aún menos darían su vida por ti.
Y tú precisamente eres una de esas personas fantasma.
Y me duele escuchar palabras bonitas, que me suenan vacías porque no salen de tu boca, porque nunca vienen de ti, suelen venir de cualquiera... menos de ti, y no me sirven, me hieren más.
Yo he sido la persona que te ha querido sobre todas las cosas, que te soñé media vida y cuando por fin te miraba mientras dormías no podía evitar sonreír. La que te acariciaba la cara esperando no despertarte sólo para poder observarte dormir un segundo más. La que jugaba a escuchar el dueto de nuestros corazones latir.
La que si alguna vez te ha mentido ha sido solo por evitarte sufrir.
Yo era quien lo hacía todo más fácil, desafiando los problemas y mordiendo el tiempo para que huyese lejos. Yo era la que inventaba mundos paralelos sólo para ti. No quería pasar una noche contigo, quería pasar miles de ellas a tu lado.
Sólo yo te quise así. Y hablo en pasado, porque ahora me lo replanteo todo, porque las cosas no son como antes, y yo ya no puedo más. Al menos no sola.
Yo, que ahora me siento patética, con mi estúpido deseo de hacerte la persona más feliz, aun cuando yo no soy capaz de levantar cabeza. Y me mata ver como tú no mueves un dedo, ni una llamada, ni unas palabras de ánimo, ni te molestas en mandarme un mensaje por no engordar tu factura a final de mes,
o porque no te interesa como esté, para qué engañarnos...
Tu actitud hacia la vida, hacia mí, me descoloca por completo.
¿Cómo puede alguien ser así? ¿Cómo puedo querer a alguien así?