martes, 31 de agosto de 2010

frío

El suplicio es estar con él, no se puede ser feliz amando a una persona que no sabe querer a nadie, es duro e inútil, por mucho que desee ignorarlo sé que el frío acaba apagando el calor, y por mucho que intente abrazarme a él su hielo acaba por congelarme. Frío y escarcha en pleno Agosto.

viernes, 27 de agosto de 2010

pota junto al mar

No tiene sentido, nada parece tenerlo ya, quiero irme lejos, quiero desaparecer y que nadie me conozca, y me da miedo despedirme, ¿otro puto adios en el que ni me sale la voz?, no quiero hacerlo, no es fácil decir adios y soltar, no es facil soltarme a mí misma, que estoy atada con cadenas invisibles, ataduras a las que me aferro. Pasa el tiempo y nada cambia, nadie siente como yo siento, y no soy capaz de seguir sintiéndome sola aun estando en compañía, no hay nada ni nadie que pueda llenarme realmente, del todo, me siento infinita, no sé si quiero lo que tengo o si no, no sé si quiero seguir o si quiero parar, siento que malgasto mis energías desviviéndome por algo que en realidad no es más que humo entre las manos, que por mucho que intentes retenerlo se escapa entre los dedos, se esfuma, desaparece. Pero ahora la que quiere desaparecer soy yo, cogería un autobus, un tren, y me iría, no sé dónde, pero lejos, lejos de todo y de todos. Y no tengo el valor, pero me gustaría pensar que solo es cuestion de tiempo y de coger fuerzas, y el día que me atreva me parecerá mentira, será como despertar de un sueño que creía eterno.
Demasiadas lágrimas, demasiados dolores de cabeza, demasiada ansiedad, demasiado amor... a cambio de nada, de una aparente felicidad, unos polvos y un puñado de mentiras, nunca fue eso lo que quería, no sé lo que quiero, pero eso no, debería insistir en curarme de mi ridícula obsesión por el amor y volver a ser superficial, como cuando era feliz.

martes, 24 de agosto de 2010

rarezas

Día raro. Mezcla de sentimientos muy fuertes.
Subidones de alegría y amor mezclados con la sensación de sentirme absolutamente fuera de lugar. Como invisible.
Soy una veleta emocional y hoy especialmente estoy agotada de luchar conmigo misma, con mis pensamientos absurdos y negativos. Cansa mucho, pero creo que merece la pena.

lunes, 23 de agosto de 2010

confianza

Respirar profundamente, tranquilizarme y confiar.
Es lo que me queda, porque me niego a perder el equilibrio.

viernes, 20 de agosto de 2010

a pelo

Hoy no me apetece estar con él, no me apetece nada,
y me viene bien que no esté aquí. Hoy quiero estar sola.
Que se quede con su trabajo, su brisa y su mar, con sus muchas ocupaciones y preocupaciones, entre las que no estoy yo, claro,
y que se quede con sus amigos que vienen de visita, y que la líen cuanto quieran, porque a mí me da igual, yo prefiero quedarme en mi cama, conmigo misma y mis pensamientos, con mi perra y mi gata, que fieles, son las únicas que siempre están.
Hoy siento la noche con más intensidad, a pelo, no tengo nada para fumar, y me encuentro rara, así la vida se ve tan diferente... será por eso que siempre ando fumada, porque me vuelve selectiva, me ayuda a escaparme de lo que no me gusta. Y son muchas esas cosas, son muchos esos miedos, pero a veces está bien parar y mirarlos a la cara, frente a frente, y gritarles que no me van joder, no me van a desequilibrar ni van a poder conmigo, porque aunque aparente debilidad y tenga una cara de muñeca soy fuerte, o eso me repito cada noche en mi mantra: soy fuerte, los problemas están ahí pero no me causan sufrimiento, no me dejo, no me asusto, no reculo... aunque a veces sea mentira, pero necesito escucharlo de alguien, aunque sea de mí misma.


"Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme."

Mario Benedetti.

miércoles, 18 de agosto de 2010

4:44 am

Esta noche le extraño muchísimo, no puedo dormir.
Hemos estado hablando y lo único que realmente deseaba era estar allí, con él. Con el sonido del mar acompañándonos de fondo, y su brisita acariciando nuestros cuerpos desnudos.
Pero en realidad aunque no estemos en el mismo lugar sé que no estoy sola, y él sabe que tampoco lo está, porque incluso cuando no estamos, estamos. Solo hay que imaginar, recordar.
Yo viajo, puedo viajar sin moverme de mi cama, solo me hacen falta los recuerdos, porque con solo cerrar los ojos puedo ir hasta su cama, puedo sentir el olor de su piel, mirarle mientras duerme y morirme de ternura, oír su respiración y sentir la paz, notar sus latidos, acompasados con los míos, y saber que ya lo tengo todo, como si no necesitara nada más. Y es que cuando estamos así siento que podría pararse el tiempo, haciéndonos con un guiño el momento eterno, que realmente no necesito, no quiero nada más.


"Quizá el amor es simplemente esto:
entregar una mano a otras dos manos,
olfatear una dorada nuca
y sentir que otro cuerpo nos responde en silencio.

El grito y el dolor se pierden, dejan
sólo las huellas de sus negros rebaños,
y nada más nos queda este presente eterno
de renovarse entre unos brazos

Maquina la frente tortuosos caminos
y el corazón con frecuencia se confunde,
mientras las manos, en su sencillo oficio,
torpes y humildes siempre aciertan.

En medio de la noche alza su queja
el desamado, y a las estrellas mezcla
en su triste destino.
Cuando exhausto baja los ojos, ve otros ojos
que infantiles se miran en los suyos.

Quizá el amor sea simplemente eso:
el gesto de acercarse y olvidarse.
Cada uno permanece siendo él mismo,
pero hay dos cuerpos que se funden.

Qué locura querer forzar un pecho
o una boca sellada...

... Y sin embargo, el amor quizá sea sólo esto:
olvidarse del llanto, dar de beber con gozo
a la boca que nos da, gozosa, su agua;
resignarse a la paz inocente del tigre;
dormirse junto a un cuerpo que se duerme."

Antonio Gala.

martes, 17 de agosto de 2010

gilipollas

Gilipollas, yo diría que la palabra es gilipollas.
Aunque no sé, también podría ser egoísta, pasota, inmaduro, cobarde, desagradecido, inconsciente...
Es triste, pero hoy ninguna palabra de las que me viene es buena.
Y ni siquiera estoy enfadada, ya no me enfado, es tristeza, desilusión con atisbos de rabia... desencanto.
Aún así elijo GILIPOLLAS, y en mayúsculas, que llena más.
Aunque visto lo visto creo que aquí la gilipollas de verdad soy yo, o al menos eso es lo que hago constantemente, el gilipollas.
Ojalá llegue el día en que tenga la fuerza para acabar definitivamente con todo esto. Ojalá.


"Y ahora somos como dos extraños más
que van quedándose detrás...
Yo que lo había adivinado
y tú sigues sin saber que se ha acabado..."

sábado, 14 de agosto de 2010

3:11 am

No tengo bastante con que mi control emocional esté de vacaciones como para encima tener dolor físico.
Hoy estoy hecha un regalito.
Me pregunto qué estará haciendo él. Le imagino durmiendo.
Y lo mismo voy a hacer yo. Dormir. O al menos intentarlo.

viernes, 13 de agosto de 2010

echar de menos

Días como hoy son los que necesito.
Me he reído tanto que creía que me moría.
Esas son las cosas que tanto me gustan, que nos unen, nos hacen especiales, las cosas cómicas que nos pasan cuando estamos juntos, que si las recopilamos son tantísimas... y adoro esa sensación de estar bien, de tener conversación fluida, espacio para risas y bromas, sin tensión, malestar ni silencios incómodos donde debería haber palabras que no nos atrevemos a decir, por mi parte por miedo a sus reacciones y sobre todo a herirle, porque me es más fácil que me duela a mí a que le duela a él, y por su parte no sé, sus motivos tendrá, pero calla igual.
Vuelve a marcharse, tengo diez días para mi, para pensar...
y sé que se me harán largos, larguísimos, pero igual sé que hasta puede que nos vengan bien, que los necesitemos.
Aunque no se lo diga le echaré de menos, como siempre.
Y quiero pensar que aunque él tampoco diga nada también
me echará al menos un poco en falta.
A veces está bien echarse de menos.

jueves, 12 de agosto de 2010

colores, dame colores

No creo en la perfección, pero hay días que casi casi la alcanzan.
Playa, sol, baños, besitos de agua salada, beber, fumar, reír, charlar, leer, jugar, chiringuito con trato especial...
Entre amigos y con la persona que más quiero. Y bien. Todo bien.
Ha sido uno de estos días en los que todo te sale como te apetece, que no hay pegas, malas caras ni problemas.
Como siempre le pasa con el mar sus ojos estaban más azules que nunca y el pelo que va creciéndole y que tanto me gusta se le rizaba y alborotaba... miraba esos caracoles rubiascos y esos ojos y me nublaba, lo veía tan jodidamente guapo que no me cansaba de mirarle, comiéndome todos mis pensamientos y riéndome para mí misma un poco avergonzada, viendo lo empalagosa y cursilona que puedo llegar a ser, aunque él no lo sepa.
Y me río más todavía, porque no sabe ni la mitad.
Relajación y paz, de cuerpo y mente. Total.
Hacía mucho tiempo que no me sentía así.
Escuchar el mar, sentir la brisilla en la cara, respirar profundamente y sonreír a boca llena, así de simple.
Ojalá pudiéramos estar siempre así, que todo fuera tan fácil.
Pero aunque en realidad sea difícil, por lo menos, mientras dura es maravilloso, y son las cosas que me hacen salir adelante en los malos momentos que a veces pasamos, las cosas buenas, esos recuerdos y esas sensaciones quedan grabadas en mi cerebro, y me aferro a ellas, me hacen reafirmarme aun más, encabezonarme en que todo lo que hemos vivido, lo que estamos viviendo y lo que sé que vamos a vivir es mucho más fuerte que la mayoría de las cosas que se supone que podrían separarnos, y aunque viva con esa paranoia permanente a perderle, en el fondo sé que no será así, solo es el miedo que intenta acorraralarme, paralizarme, hacerme perder, perderle, pero aunque a veces esté casi a punto no me dejo, no me dejo, en esta vida hay prioridades, y para mí él es una de ellas, y pienso que pocas cosas tan grandes hay en la vida como atreverse a luchar por lo que se ama de verdad.
Y consecuente, ahí voy yo, de cabeza y corazón, a por todas.
Por él, y para que engañarme, por mí.

lunes, 9 de agosto de 2010

balance

La mayoría del tiempo siento que la única manera en la que soy capaz de expresarme es escribiendo. Para escribir primero tengo que ordenar las ideas, los pensamientos y las frases, luego las escribo, con claridad, sin atropellos, sin dudas, sin tartamudeos, sin rodeos, sin presión, sin la mirada de unos ojos que me cortan con su pasividad y su frialdad.
Vivo situaciones que me desbordan emocionalmente y en mitad del bloqueo pienso ante mi desesperación que ojalá pudiera escribir en ese momento todo lo que pasa por mi cabeza en vez de tener que hablarlo, pero parece ser que eso es ridículo, de niños de quince años se supone, y yo tengo veintitres.
Tampoco sé muy bien si hago las cosas por mí misma, porque quiera o me apetezca, o por los demás, por él. Esa constante sensación de sacrificio, de deberle siempre algo a los demás, o la de sentirme mal conmigo misma por negar algo, porque dije que no, y siento que debería haber dicho sí.
Y también siento, o no, siento no, sé que en realidad estamos solos, estoy sola, siempre, en los momentos decisivos, a la hora de la verdad, que es lo que en realidad cuenta.
Se me ha caído la venda de los ojos y ahora el mundo me parece tan diferente, tan vacío, tan cruel... que no me quedan ganas, ganas en general, de nada, es cada vez menos, menos de todo.
O más, depende de por donde se mire. Menos amor, confianza, seguridad, felicidad... Más vacío, dolor, resentimiento, ansiedad... Lo bueno muere, lo malo crece.
Las cosas me importan y en realidad no me importan, mis sentimientos se contradicen constantemente, paso de la tristeza esquinera y el llanto a la rabia, el casi odio y las ganas de mandar a tomar por culo a todo y a todos, en especial a él, de ahogarme con solo pensar en perderle a ser yo misma la que no lo quiere tener cerca ni en foto.
Porque ya lo decía David, hay dos canciones, la del te quiero y la del no te quiero, y yo ya no sé cuál de ellas es peor.
En todo caso da igual, no habrá para él más palabras escritas, ni mensajitos, ni mails ni papelitos, y tampoco es que haya muchas más habladas, voy a dejar de gastar energías en balde, no voy a dejarle entrar en mí, no me quedan ganas de compartirme con él, verá hasta donde yo quiero que vea, la flor nunca más volverá a abrirse del todo, la babosa volverá a embutirse en su concha nacarada, y esta vez de forma más indefinida que nunca.

jueves, 5 de agosto de 2010

ganancias y pérdidas

Adoro que le pasen cosas buenas, me ilusiona, qué clase de persona sería si no me alegrara, pero también soy consciente de que cada una de esas cosas lo alejan un poco más de mí, y poco a poco se hace un mucho, y llegará un momento que la distancia será insalvable, simplemente quedaré atrás.
Dicen que en eso consiste amar, en saber soltar, y si es necesario tendré que hacerlo, a costa de mí misma, porque qué me queda si le suelto, todo volvería al vacío, a la nada de siempre.
Ya me siento sola y aun no se ha marchado, porque sé que lo hará, y por mucho que me joda sé que es lo que necesita, y aquí quedaré yo como siempre, sola, lidiando con mi vida, que es tan fascinante como un yogur desnatado a temperatura ambiente.

martes, 3 de agosto de 2010

rosa

Salí con mis amigas porque me ahogaba en casa,
comimos, cantamos, charlamos, fumamos, reímos...
pero yo en realidad no estaba allí, al menos no mi cabeza.
Llegué a casa, lenta y poco decidida, sabía lo que me esperaba.
Intentaba parar los pensamientos de mi cabeza, pero no podía,
eran frenéticos, estaban descontrolados, como yo, descontrolada.
No sabía nada de él, y eso no me dejaba estar, me roía por dentro.
Me encontraba sola de nuevo, él no estaba y no sabía ni por qué.
No podía dormir, tres sedantes rosas y todo cambiaría de color,
mañana sería otro día, que esperaba pasar junto a él.