miércoles, 11 de abril de 2012

de regar

Quién me mandará a mí meterme en camisas de 44 varas...
Mi cabeza y mi corazón están en ebullición, soy un contínuo hervir de pensamientos y sentimientos que me salpican por todas partes. Llevo toda la vida temblando por la misma persona... para verme desde hace un tiempo temblando por otra, por alguien que nunca imaginé, alguien que creía que no podía existir... pero que de repente encontré, porque sorpresa... existía. Y con él descubrí la magia de su mente y sus manos, las siestas llenas de su olor, su abrazo y su peso sobre mí, la maravilla del café con miel que nos lo endulza todo, otra forma de vivir, de sentir la vida, de compartir ropa y almohada.
Y soy una maraña de dudas... y de miedos, sobre todo a un presente que no sé muy bien por dónde va y a un futuro que si termina de encaminarse un poco más por donde en el fondo quiero... no sería fácil... Pero ¿qué importa que no sea fácil si es lo que quiero?
Me acaban de decir una frase que me ha encantado... "El patio está pa regarlo, Marina". Y creo que eso es todo lo que me hace falta pensar... que el patio está pa regarlo, y que me apetece mojarme...


"No me interesa saber
cómo te ganas la vida.
Quiero saber
lo que ansías
y si te atreves a soñar
con lo que tu corazón anhela.

No me interesa
cuál es tu edad.
Quiero saber
si te arriesgarías
a parecer un tonto
por amor
por tus sueños
por la aventura de estar vivo.

No me interesa
qué planetas están
en cuadratura con tu Luna...
Quiero saber
si has llegado
al centro de tu propia tristeza,
si las traiciones de la vida te han abierto
o si te has marchitado y cerrado
por miedo a nuevos dolores...

Quiero saber
si puedes estar solo
contigo
y si en verdad aprecias
tu propia compañía
en momentos de vacío."

No hay comentarios:

Publicar un comentario