jueves, 17 de junio de 2010

Nada de nada

Hay días oscuros en los que siento que "gracias por nada" es la única frase realmente sincera que podría salir de mi boca.
Y aunque lo acabe haciendo de puta madre me cuesta horrores disimularlo. Es triste, pero es así.
Tenía un amigo, siempre me decía muchas cosas, me decía que si no tenía ganas de ser frustrada jamás en mis deseos solamente deseara aquello que dependiera de mí, y también que si no quería que me decepcionaran no esperara nunca nada de los demás.
Siempre me parecieron cosas absurdas e imposibles, y ahora intentarlo se ha convertido casi en una obsesión.
No quiero más frustraciones ni mas decepciones.
Y mucho menos si tienen que ver con él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario