jueves, 20 de septiembre de 2012

de cercanía

El tiempo pasa y ya estoy a nueve días de irme por fin de aquí, de estar allí, y los nervios empiezan a hacer de las suyas... si lo pienso me aprieta algo en el pecho y tengo que respirar profundamente... Recuerdo la primera vez que fuí, vomitando como una loca, tan nerviosa... y ahora, tres años después es casi lo mismo, -solo que sin vomitar-, pero mucho más intenso aún... son ya tantas cosas, llevamos tanto a la espalda... Pero al mismo nivel que de nervios estoy llenita de ilusiones, de planes, de amor por dar... y por recibir.
Y para colmo este invierno es diferente, él y yo estamos de otra manera... y aunque nos hayamos complicado la vida me muero por estar en esa cama enterrados en mantas, olvidándonos del mundo mientras fuera se congela todo...
Naturaleza, gente maravillosa y animales, animales por todas partes. ¿Qué más podría pedir? Nada, nada puede hacerme más feliz.

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