lunes, 27 de agosto de 2012

de no 23

Ya es 27, ya es tu cumpleaños, el segundo que no vas a cumplir.
Por más que pase el tiempo no entiendo nada, en el fondo sigo cabreada. En qué cabeza cabe algo tan terrible.
Aún recuerdo el primer día que te ví, me dejaste loca, y las miradas serias en clase... y la primera vez que quedamos en aquel banco de madera de ese parque cochambroso... hablamos, fumamos y bebimos litros durante horas, nos dimos cuenta de cómo nos parecíamos, supimos que íbamos a estar siempre ahí el uno para el otro y nos hicimos bastante inseparables. Y debe ser verdad, porque aun despues de todo sigues aquí, jamás serás pasado, porque eres presente, estás presente...
Te imagino ahora con los 23, ya hecho un hombre, habiendo echao cabeza, más guapo que nunca... y me desmorono.
Me aferro a tus recuerdos, a tus fotos y a tu pañuelo como me habría aferrado a tu vida si hubiera podido evitar que te fueras de esa manera asquerosa, lo que no sé es dónde coño estaba entonces, me siento tan culpable, me matan los latidos y no puedo dejar de pensar que estabas solo. Docenas de veces hablamos de cosas así, sin imaginar este final. Ojalá pudiéramos volver atrás, entonces ya no jugaríamos con fuego y ahora no estaría todo calcinado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario