miércoles, 17 de noviembre de 2010

vida

Suelo sentarme en la cama y mirar por la ventana.
Miro entre las laminillas de la persiana de madera.
A veces son horas, o eso creo, no estoy segura.
Veo pasar los coches, la gente, los niños, los perros, algún gato...
de vez en cuando algún pájaro se posa en el alfeizar de la ventana,
y lo observo hasta que se va, sus gestos, su movimiento de cabeza,
su mirada, sus plumas... lo último que veo es su desplegar de alas,
se lanza al vacío y las abre, así de simple y de complejo a la vez.
Las cosas ocurren fuera, pero yo siempre estoy dentro, y observo,
es como saber que la vida existe, que está ahí fuera, que vive,
pero que yo no formo parte de ella.


"Nacemos en medio de dolores, crecemos, luchamos, nos enfermamos, sufrimos, hacemos sufrir, gritamos, morimos, mueren, y otros están naciendo para volver a empezar la comedia inútil. ¿Sería eso, verdaderamente? ¿Toda nuestra vida sería una serie de gritos anónimos en un desierto de astros indiferentes?"

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