formas que me hieren y me descolocan,
volviéndome tan pequeña que creo que ni se me escuchará.
Algo así como cuando en Pretty Woman él le dice a ella que nunca la ha hecho sentir como una puta, a lo que ella contesta al aire, cuando él ya se ha largado, que acaba de hacerlo.
Y como Vivian, quiero más, quiero mucho más...
quiero el cuento de hadas. Y eso, está claro, nunca va a existir.
Aquí no suena Prince, no hay rosas ni bañeras-piscina.
Indirecta comprendida.
—¿Qué te pasa?
—Nada.
—Siete nadas... en todo el camino. ¿No sabes otra palabra?
—¡Capullo! Ahí tienes otra.
—Prefería nada...
—Siete nadas... en todo el camino. ¿No sabes otra palabra?
—¡Capullo! Ahí tienes otra.
—Prefería nada...
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