Salí con mis amigas porque me ahogaba en casa,
comimos, cantamos, charlamos, fumamos, reímos...
pero yo en realidad no estaba allí, al menos no mi cabeza.
Llegué a casa, lenta y poco decidida, sabía lo que me esperaba.
Intentaba parar los pensamientos de mi cabeza, pero no podía,eran frenéticos, estaban descontrolados, como yo, descontrolada.
No sabía nada de él, y eso no me dejaba estar, me roía por dentro.
Me encontraba sola de nuevo, él no estaba y no sabía ni por qué.
No podía dormir, tres sedantes rosas y todo cambiaría de color,
mañana sería otro día, que esperaba pasar junto a él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario