martes, 3 de agosto de 2010

rosa

Salí con mis amigas porque me ahogaba en casa,
comimos, cantamos, charlamos, fumamos, reímos...
pero yo en realidad no estaba allí, al menos no mi cabeza.
Llegué a casa, lenta y poco decidida, sabía lo que me esperaba.
Intentaba parar los pensamientos de mi cabeza, pero no podía,
eran frenéticos, estaban descontrolados, como yo, descontrolada.
No sabía nada de él, y eso no me dejaba estar, me roía por dentro.
Me encontraba sola de nuevo, él no estaba y no sabía ni por qué.
No podía dormir, tres sedantes rosas y todo cambiaría de color,
mañana sería otro día, que esperaba pasar junto a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario