viernes, 27 de agosto de 2010

pota junto al mar

No tiene sentido, nada parece tenerlo ya, quiero irme lejos, quiero desaparecer y que nadie me conozca, y me da miedo despedirme, ¿otro puto adios en el que ni me sale la voz?, no quiero hacerlo, no es fácil decir adios y soltar, no es facil soltarme a mí misma, que estoy atada con cadenas invisibles, ataduras a las que me aferro. Pasa el tiempo y nada cambia, nadie siente como yo siento, y no soy capaz de seguir sintiéndome sola aun estando en compañía, no hay nada ni nadie que pueda llenarme realmente, del todo, me siento infinita, no sé si quiero lo que tengo o si no, no sé si quiero seguir o si quiero parar, siento que malgasto mis energías desviviéndome por algo que en realidad no es más que humo entre las manos, que por mucho que intentes retenerlo se escapa entre los dedos, se esfuma, desaparece. Pero ahora la que quiere desaparecer soy yo, cogería un autobus, un tren, y me iría, no sé dónde, pero lejos, lejos de todo y de todos. Y no tengo el valor, pero me gustaría pensar que solo es cuestion de tiempo y de coger fuerzas, y el día que me atreva me parecerá mentira, será como despertar de un sueño que creía eterno.
Demasiadas lágrimas, demasiados dolores de cabeza, demasiada ansiedad, demasiado amor... a cambio de nada, de una aparente felicidad, unos polvos y un puñado de mentiras, nunca fue eso lo que quería, no sé lo que quiero, pero eso no, debería insistir en curarme de mi ridícula obsesión por el amor y volver a ser superficial, como cuando era feliz.

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